*1998
Tengo estos zapatos que me pesan todos los huesos de un laberinto
cargo entre las ropas un corazón de tristes toneladas
no soy, no encajo
tal vez la elegancia sea un pésimo negocio
y es que voy
por el circo amargo de este mundo
doliéndome de nombres y testículos y semanas
Durante preguntas de profundas galerías
mediante pupilas que ruedan de un momento a otro
proclive
a esa especie de melancolía que padece de gigantismos
salgo, entro
bebo el champagne de bares efervescidos
indago en habitantes de aeropuerto
almuerzo ante postizos Jesucristos
y visito eventos
de familias podridas hasta las entrañas
donde brindo
junto a un cáliz vacío
por la decadencia del mundo
Entonces
vestido como un personaje de fiesta
y fumando con estilo importados cigarrillos
discuto con psicólogos
a los que maldigo
-cordialmente-
detrás de una sonrisa
No obstante, me retiro diezmado
y divagando por la ciudad de casco antiguo
termino enfrentado al festivo asalto de las musas:
Monstruos
que conspiran en mi contra
y me asedian con narcóticos, delirios
o esplendores imposibles de alcanzar
He intentado de todo
he paseado en taxi
a lo largo de esta ciudad que transcurre como un largometraje
he sostenido romances con escandalosas arañas de tugurio
he repartido lamentos y girasoles
sobre las tumbas de toda la poesía contemporánea
y sin embargo
hay tantos porvenires que me hablan de naufragios
y tantos sueños que se queman sin remedio
y tantas manos de bolsillos inundadas
que voy
con el rumbo incierto de mis huesos
cargando este corazón de tristes toneladas.
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