Duelo y melancolía
Solo el diablo conoce el secreto de las palabras de amor.
Solo el diablo es capaz de entrar en tus oídos
hasta volverse hermoso
como un príncipe a caballo
solo el diablo sabe cuando tocarte el corazón
porque arde
porque entiende de esa fiebre que deliras
al deseo inmensurable de su encanto
Solo el diablo conoce de ese licor que cautiva a las bestias
de esa miel delicada
que cae
a lentos, a espesos goterones prendidos por la luna
solo el diablo acostumbra de palabras que atraviesan los océanos del tiempo
porque arde
porque entiende lo que ocultas
en la euforia de la turba:
Y tú escuchas
mientras sueñas y atesoras en tu pecho la pasión de los amantes
y tú oyes
mientras callas y presumes en tu cuerpo ese alarido de palomas explosivas
y yo
que por supuesto soy narcisista y tabacómano y lunático
y yo
que por supuesto soy un desastre, un recuento
en la historia perfumada de tu vida
Yo ya no tengo esa llave
ni esa esperanza ni la fortuna
yo ya no tengo esa llave, amor
pero te sufro
en este duelo de poemas y metáforas amargas
cuando retorno a tu recuerdo
como un espejo que se triza
maldiciendo ciudades
que corren
con vigor y con angustia
ante la noche que se vierte y que florece
como un río de sustancias amarillas
Pero te sufro
sediento de tu boca
con estricta reserva
y por cada instante que me habita
bordeando los rincones de este cuarto abandonado
hasta incendiarme
entre las sombras
como un vampiro reduciéndose a cenizas
Solo el diablo se acerca desde lejos
y te halaga con sus ojos
y te envuelve entre sus brazos:
Solo el diablo conoce el secreto de las palabras de amor.
Solo el diablo sabe cuando robarte el corazón.
Extraído de "Bulevar Venus" (2022), Julio Faúndez Herrera.
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